miércoles, 21 de diciembre de 2016

CALASPARRA. NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA




Los primeros datos escritos del Santuario de la Virgen de la Esperanza datan del siglo XVII, si bien existen fundamentos para pensar que la Virgen se venera desde mucho antes.

Cuenta la leyenda que un pastor que guardaba su ganado en esas cuevas, excavadas sin duda por las aguas del río encontró la imagen de la Virgen "La Pequeñica", seguramente olvidada por algún caballero cristiano.

El pastor comunicó su valioso hallazgo a las autoridades eclesiásticas y civiles de Calasparra que con los habitantes del pueblo vinieron alborozadas y quisieron llevarse la imagen para ser venerada por el pueblo.

Dice la leyenda, que la Virgen se hizo tan pesada para su tamaño, que todos comprendieron que era aquí donde deseaba ser venerada. Decidieron, por tanto, acondicionarla.

El por qué y cuándo se le adosó a la virgen de la Esperanza (la grande) la "pequeñica" (la aparecida) no se sabe con exactitud. Si conocemos que el año 1.786 ya se veneraban juntas y que en 1.840, fue nombrada la Virgen de la Esperanza Patrona de Calasparra.


CORONACIÓN CANÓNICA

La Coronación Canónica de la Virgen fue realizada durante el año 1.996, cuando Presidía la Fundación Dª. Maria de los Ángeles Cristóbal Rivera.



Sabíamos que no era tarea fácil, pero que tratándose de nuestra Virgen y de su Santuario tenía muchas posibilidades de ser atendida nuestra petición por las autoridades eclesiásticas.
Fueron varias las razones que nos movieron a embarcamos en esta tarea. En primer lugar, razones de tipo religioso, pues creíamos que la Virgen de la Esperanza debía tener un reconocimiento especial por parte de la jerarquía eclesiástica, puesto que son muchos los años que avalan este centro de religiosidad y piedad mariana.
Razones también de tipo histórico; era un dato más que añadir a la larga y a veces oscura historia de nuestro Santuario. Con pequeños y grandes acontecimientos cada mayordomía, en la medida que pueda, tiene el deber de enriquecer la historia del mismo. Puede que hubiera algún otro planteamiento menos altruista, también digno de tener en cuenta, como es el de promocionar el Santuario. Sí es cierto que en la actualidad no está necesitado de ello, pero tampoco debe olvidarse, para que su ermita continúe siendo un lugar de encuentro, de paz y reposo alIado de la Madre. Pero fundamentalmente, el motivo principal que nos impulsó a coronar a nuestra Virgen, fue de carácter afectivo, de cariño, de amor y de entrega de un pueblo hacia su bien más querido: su Madre que espera siempre con los brazos abiertos a los hijos para recoger sus alegrias, anhelos y penas y ser siempre la "Esperanza Nuestra".Al Obispo de la Diócesis corresponde juzgar sobre la oportunidad de coronar una imagen de la Santísima Virgen María, Pues sólo se hará a aquéllas que, por gran devoción de los fieles, gocen de cierta popularidad, de tal modo que el lugar donde se veneran haya llegado a ser un centro de culto litúrgico de activo apostolado mariano.
La Virgen de la Esperanza se ha visto honrada con esta distinción.
Don Javier Azagra Labiano, Obispo de la Diócesis, aceptó la petición que en su día hice como Presidenta de la Fundación del Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza junto con el Párroco de Calasparra. Después, el Santo Padre Juan Pablo II, uniéndose a esta iniciativa, envió su bendición apostólica.
Tras ello comienza un largo, profundo y cuidado trabajo, cuyo primer paso consistió en elegir la corona, que tras el estudio de varias ofertas, propuestas y diseños recayó en la ofetta presentada por Don Fernando Marmolejo Camargo, uno de los orfebres más importantes de España, autor, entre otras obras de las margaritas que culminan la Giralda de Sevilla y el Camarín de la Macarena de la misma ciudad. .
Se trata de una pieza de un kilo y cuarto de oro y piedras semipreciosas. Consta de coro- na imperial y resplandores, que tiene unas características artísticas especiales. Incluye ocho escudos esmaltados con alegorías de la Virgen, además de los del Obispo, Comunidad Autónoma y Ayuntamiento de la Villa.
Los resplandores finalizan en doce estrellas, que representan las doce tribus de Israel, están sujetas con muelles para facilitar el movimiento. Toda la corona está sembrada de espi- gas de arroz, cuyos granos son pequeñas perlas, y en el interior cuelga un ancla, símbolo de la esperanza. En la parte inferior, dos ángeles coronan perpetuamente a la Virgen. El arco de la parte superior representa la cueva del santuario, que alberga una esfera representando a la tierra y una cruz, en recuerdo de la Redención. Culmina la corona el anagrama de María: M entrelazada con A.
Para La Pequeñica se encargó una aureola con estrellas, dejando que los calasparreños decidieran si permanecía siempre con ella. Una amplia campaña publicitaria y de divulgación por medio de estampas, carteles, notas de prensa, invitaciones a entidades, instituciones, calasparreños ausentes, medios de comunicación, etc., inician los actos destinados a tal acontecimiento.
Diversos actos religiosos y culturales se programaron a lo largo de estos meses, que se iniciaron con la Presentación del proyecto de Coronación en el Auditorium M"unicipal el día 27 de Abril, al que sigue, el día primero de Mayo, al quitarle la corona a la Virgen en una Eucaristía que se celebró en la Plaza de la Corredera y que fue presidida por el Obsipo de la Diócesis.
Finalmente, tras un amplio abanico de emotivas actividades que recibieron el respaldo, no solo del pueblo de Calasparra sino de incontables visitantes,la tarde del 8 de Septiembre de 1.996, las imágenes de la Virgen de la Esperanza fueron coronadas como reinas de las familias, de los hogares, de los arrozales, de la vega y de todos los hijos del pueblo de Calasparra.
La Virgen lució en este acto una corona digna de una reina, testimonio del cariño que sus hijos le profesan.
La ceremonia se celebró en la Plaza de Toros, acondicionada y engalanada para tal fin, ya que era el único recinto con condiciones para albergar las expectativas de asistencia, siendo tanto el éxito de la convocatoria, que numerosas personas tuvieron que seguir la ceremonia desde el exterior en una pantalla instalada para ello, o desde sus casas a través de la televisión local.
Estuvieron presentes El Presidente en funciones de la Comunidad Autónoma, El Delegado del Gobierno, El Director Provincial de Educación y Cultura, Diputados regionales, Corporación Local, Ayuntamiento de Premiá de Mar, y un largo etcétera.
Entre la representación religiosa se contó con la presencia del Obispo de la Diócesis, El Canónigo de la Catedral de Toledo y Capellán Nacional de la Orden de Malta, Vicario y Arcipreste de la comarca y veinticinco sacerdotes más que concelebraron la Eucaristía.
El acto concluyó con la lectura y firma del acta de coronación.

Numerosas personalidades se adhirieron al acto remitiendo sus cariñosas y emotivas cartas. Entre ellos cabe destacar: SS. MM. Los Reyes de España, El Presidente del Gobierno, La Ministra de Cultura, El Presidente de Castilla-La Mancha, El Arzobispo de Valencia, Los Obispos de Granada, Albacete y Alicante, y numerosos Presidentes de asociaciones y Alcaldes de distintos pueblos de la región.

EL SANTUARIO


Cuando se recorren los alrededores del Santuario y lo observas desde lejos parece lógico el que fuera escogido ese lugar ante cualquier otro. Es talla impresión de serenidad, de paz, que los sentidos se llenan de antiguos mensajes que no aciertas a descifraes.
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Viene el Segura abriéndose paso por el valle que apenas ha recibido las generosas aguas del Benamor y Alhárabe unidas en el río Moratalla. Pacientemente ha excavado lo que la roca le ha permitido a lo largo de su vida y mira a su derecha, para saludar otra vez al Santuario que lo contempla cada vez más alto.
Es el suyo un destino escrito desde que la humanidad puebla la zona. Ninguna cultura se resiste a ignorar que la naturaleza le ofrece un lugar privilegiado de estancia y oración.
Ha sido tan continua la ocupación de las cuevas que unos pobladores han ocultado a otros los vestigios que pudieran quedar de las vivencias de sus antepasados en ellas.
No podemos probar, de momento, que ya fueran ocupadas por culturas prehistóricas, como ocurre a unos escasos kilómetros río abajo y en la misma margen derecha, ya que las paredes de lo que sería un gran abrigo, hoy tabicado, se presentan totalmente ennegrecidas por los fuegos encendidos por sus ocupantes en el transcurrir del tiempo. Pero no es aventurado pensar que, un paraje como éste, no sería despreciado por aquella cultura, más aún cuando en sus proximidades se pueden hallar restos arqueológicos de esos tiempos en la superficie.
Existe la leyenda referida a que en algunas de las remodelaciones que ha experimentado el lugar desde finales del siglo pasado a nuestros días, se han hallado restos humanos y alguna cerámica, pero no nos consta que se hayan conservado, ni que se hiciera un mínimo estudio por parte de especialistas. Con todo ello, y siempre con las reservas que los avances científicos nos deparan, podemos concluir en que la ocupación del entorno y de forma particular, el gran abrigo debe ser de época prehistórica y que parece muy poco probable que dicha ocupación haya sido interrumpida hasta nuestros dias.





MAS INFORMACIÓN: /http://www.santuariovirgenesperanza.com/

Música de fondo: EL MEJORANO "camino del santuario de la Virgen de la Esperanza"